"...De qué me sirve llegar a los treinta o cuarenta, si ya se ha dicho todo o casi todo. Aprender a amar después de los cincuenta es perder el tiempo, es como querer detener el viento con un paraguas." (De "Instrucciones para no perder el tiempo", Inventario Solemne, Mosquito Comunicaciones,Santiago 2004)
martes, octubre 20, 2009
Buen Viaje, Rucia.
Estoy seguro, que a nadie nunca le fue indiferente María Lourdes Valdés o la "Ita", o la "Rucia" como la conocíamos de años, muchos de nosotros.
Lo cierto es que partió en un viaje a otras zonas, mucho más lejanas a las nuestras y entre nosotros quedará para siempre el metal de sus palabras que no eran más que una lanza directa a la eternidad.
Les dejo este poema que escribí hace unas horas.
RUCIA
A Lourdes, in memoriam.
Subió al árbol de sus más oscuros sueños,
ató a su cuello la soga que le escupía en sus infinitos recuerdos
y a la cuenta de tres dejó su existencia estacionada en la vereda del frente
sin posibilidad alguna de volver a discutir con sus propios espejos
las batallas que hoy la vieron derrotada.
Yo la seguiré recordando en el clamor de sus huracanes y tormentas,
renegando del otoño que traía tantos vientos a cuestas.
La seguiré viendo cuando se consume el amor de los amores
como si fuese la única manera de dar palmadas a la existencia.
Anda, Rucia, vuelve, no te vayas, quédate con nosotros,
levanta este brindis por cien letras reunidas en una mano.
En este salto, seguro que envuelves por vez primera la paz,
en este último día de esta extraña primavera,
en este último grito, allá, cerca de todo y de nada,
a ver si por entre tus lentes, podemos ver el mundo que nunca conocimos.
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