miércoles, agosto 04, 2010

El "Imperio de la Inocencia" me persigue por todas partes.


Es cierto, hace 6 años que publiqué mi último libro. Durante todo este período he guradado un silencio riguroso, casi de caracol, sólo mostrando de vez en cuando, un nuevo encanto, como hacen las escolares en aquellos paseos de vuelta a casa hace tantos años.
En este período, sin embargo, se han ido misteriosamente acumulando una serie de relámpagos que cubren mis ideas y esparcen la sangre de mi corazón por versos que voy alimentado gota a gota como en una noche sin fin ni testigos.
Pronto estará listo. "El Imperio de la Inocencia" me persigue por todas partes.
Les dejo acá un avance, con este poema nacido al amparo de un terremoto que sonó fuerte bajo mi cama, esa horrible madrugada, como en un profundo "sueño de una noche de verano"...


PLEGARIA DE UN AGNÓSTICO


Talca, 27F, 2010.


Altísimo! o como quiera que te llamen los parroquianos,
ven a echarnos una mano con esto de los desastres y los dolores.
Hace sólo unos días que casi cerramos el telón de esta función por dentro
y los gritos de tus hijos se esparcían por encima de la tierra
como un gran racimo de tristezas hinchadas al morir.
Perdona mi confianza, nunca nos han presentado personalmente,
pero efectivamente dijeron que recurriera a ti si estaba desesperado
o que elevara una de tus oraciones en el salón de los lamentos.
Lo cierto es que prefiero la comunicación en directo
sin autógrafos y luces de neón esparcidas por el espacio.
Empecemos por un café o con más tiempo alguna copa.
Pero dejemos de lado los efectos especiales, la tecnología
y toda posibilidad de apariciones y otros tantos milagros.
Sucede que parece que se nos está acabando la cuerda de este martirio
y toda esta tierra redonda se derrama entre los dedos
como si fuere el fin de los tiempos.
Saco la cabeza por la ventana y miro esta ciudad destruida
como tragada por el odio del más infame
y aunque dan ganas de pararse en medio de la calle y sólo llorar,
la verdad es que si te viera de frente no sabría qué decirte.
Me aleja incluso el tutearte,
pero la verdad es que la situación es grave.
Nos estamos derrumbando por dentro
y contra eso no hay mucho que podamos hacer.
Si no nos echas una mano pronto
no nos quedará más que prender estas torpes velas
poner sobre cada muerto una de tus fotografías
y seguirte copiando el ejemplo:
mirar de lejos el fin de nuestras existencias.

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